¿Por qué no debe de trasladarse ahí?

1. El CENAC no puede alojar, ni remodelándolo, la Casa Presidencial. Las oficinas, incluso las del Ministro y la Viceministra son pequeñas, no aptas para la majestad que supone la Presidencia de la República. El edificio antiguo de la Fábrica de Licores y sus instalaciones (patrimonio nacional) fueron aprovechadas estupendamente en su remodelación y no merecen ser desmejoradas con la construcción de otras oficinas y salas de reuniones. Es un desperdicio de recursos desmantelar sus espacios para destinarlos a otros fines. Hay un doble gasto que pesará en los bolsillos de los contribuyentes: uno para la remodelación que requiere el CENAC para alojar a la Casa Presidencial y otro para alojar lo que actualmente tiene el CENAC, en algún otro lugar.

2. Hay leyes que protegen y regulan el patrimonio histórico y sus remodelaciones. Hasta ahora no existe un criterio técnico que apoye una eventual remodelación del CENAC para alojar la Casa Presidencial. Se hace imperativo el contar con este criterio técnico antes de poder considerar cualquier decisión al respecto.

3. No tiene un estacionamiento adecuado, seguro, amplio, para nuestros gobernantes, tanto nacionales como invitados internacionales.

4. El lugar geográfico que ocupa plantea problemas: el CENAC tiene, por el Parque España, un solo acceso y por la entrada del Reloj de Sol, dos accesos, ambos de una sola vía, lo que hace prever problemas de tránsito, acceso vehicular, seguridad.

5. Es necesario aquilatar qué se va a hacer y cómo se va a proceder con los espacios de carácter artístico, educativo y experimental que ya existen como tales en el CENAC: si se van a remodelar para que alojen a una parte de las oficinas y dependencias de la Casa Presidencial, dónde se ubicarán, qué pasará con las dependencias de la Casa Presidencial que no caben allí. No será posible reemplazar los teatros, museos, salas para encuentros y conferencias y oficinas con los que se cuenta ahora en el CENAC sin una erogación fuerte de dinero. Y otros, como las “torres” y la pila de la melaza, por razones arquitectónicas, son insustituibles.