Nueva hora para la cultura

Óscar Arias Sánchez
Presidente de la República

Es hora de que la cultura, como esencia y quehacer de nuestro pueblo, retome un lugar central en la vida del país y en las grandes decisiones nacionales. El Gobierno conoce plenamente la importancia de dar este paso. Por ello, el Ministerio de Cultura ha trabajado intensamente durante las últimas semanas para diseñar un marco de políticas culturales amplias y, a la vez, precisas. Nuestro objetivo central es que esas políticas se conviertan en un vehículo eficaz para promover la creatividad, la innovación y la confianza en el porvenir, a partir de las mejores raíces de nuestra identidad y dentro de un vigoroso clima de libertad. Solo así, de la mano de los creadores, florecerán el pensamiento, la creatividad y las artes.
La manifestación más tangible de esta propuesta debe ser la inversión en cultura. Estamos comprometidos con la dotación de más recursos para los programas emblemáticos del Ministerio. Pero nuestras prioridades también contemplan invertir en otros importantes objetivos; entre ellos, fortalecer la educación artística en el sistema educativo, apoyar propuestas artísticas y culturales de los grupos independientes, impulsar la descentralización del quehacer cultural, abrir espacios y plataformas para la creación artística con base en tecnología, y propiciar vivencias más profundas y cotidianas de nuestra democracia.
Un nuevo impulso. El Ministerio de Educación Pública ha afirmado que dará un nuevo impulso a las artes porque así se formarán costarricenses con mayor capacidad humanista y con mejores posibilidades de vivir plenamente.
Nuestra alianza con esta iniciativa potenciará tales objetivos, creará nuevos espacios de trabajo y liderazgo para los artistas y demás trabajadores de la cultura, quienes podrán convertirse en catalizadores de la creatividad juvenil.
La descentralización del quehacer artístico tiene múltiples facetas, y debe basarse en la ya constatada iniciativa cultural de muchas comunidades. Deseamos promover una alianza entre ellas y los ministerios de Cultura y Turismo para impulsar la organización de circuitos que ofrezcan una programa-ción artística y cultural de calidad, para disfrute de sus habitantes y de quienes nos visitan. Costa Rica no solo debe definirse como un destino natural, sino también cultural.
Desde los setenta, el país ha invertido en formar artistas; tenemos una masa crítica de talentosos creadores, pero hemos destinado pocos recursos para darles oportunidad de implementar sus propuestas. Por esto, la creación de un fondo para las artes, que apoye proyectos artísticos y culturales de indivi-duos, grupos o comunidades, es otro objetivo de esta administración. Este fondo dará una nueva dimensión a la promoción cultural y será financiado por el Gobierno, pero buscará la colaboración de la empresa privada. Su distribución estará basada en mecanismos transparentes de concurso, que premien la calidad y el impacto social.
Una estrategia nacional. Otra de nuestras líneas programáticas será el desarrollo de espacios para la experimentación de las artes con tecnología, facilitando el acceso de nuestros jóvenes a equipos y software especializados, en un ambiente que incentive la creación interdisciplinaria.
Mediante redes, que podrían tener su base en bibliotecas y casas de cultura, será posible reforzar la descentralización y facilitar la inclusión de más grupos en la era digital y en la producción artística. Así nos sumamos a la estrategia nacional de desarrollo basado en el conocimiento.
Internet, además, permitirá que los artistas presenten sus obras y reciban retroalimentación más directamente, y que se pueda crear un provechoso contrapunto entre la crítica de expertos y las apreciaciones de los espectadores, involucrando cada vez a más gente en más foros de discusión e intercambio.
La cultura convoca a los diversos sectores sociales a los espacios públicos y, por ello, refuerza la experiencia cotidiana del encuentro democrático. La oferta artística en esos espacios, el fortalecimiento de la vida intelectual en las bibliotecas, la recuperación de las vivencias y los símbolos de nuestros barrios, la inclusión cultural de la inmigración, así como la consolidación del centro cívico cultural, serán impulsados para profundizar nuestro sentido de pertenencia al barrio, a la ciudad, a la provincia y a Costa Rica, como crisoles de democracia, cultura, libertad, paz.
Estos son los pilares de nuestra propuesta para que la cultura recupere su lugar en la vida nacional y nos ayude a construir el futuro con confianza. A ella convocamos a todos los creadores.