Política y cultura: respuesta al Presidente de la República.
María Bonilla.
A William Shakespeare.
Compatriotas:
Escribo convocada como creadora por el Señor Presidente de la República en su artículo “Nueva hora para la cultura”, dedicado a la definición de las políticas culturales y educativas que implementará su gobierno, en el que se nos ofrece, por escrito, en el diario de mayor circulación del país, que se nos dará presupuesto, espacios, concursos, acceso a la tecnología y más importante aún, “el lugar central en la vida del país y en las grandes decisiones nacionales”.
Y el Señor Presidente es un hombre honorable.
En el artículo se omite toda referencia al CENAC, al traslado de la Casa Presidencial, a cuándo y cómo se implementarán todos estos ofrecimientos, tal vez porque eso no pertenece a un documento de políticas culturales y educativas, sino a un documento que es una estrategia política.
Pero el Señor Presidente es un hombre honorable.
Ante esto, sería sin duda un error histórico, que el sector cultura insistiera en temas de poca importancia, como lo pueden ser una sede o unas oficinas administrativas o algunos espacios de creación y experimentación artística.
Porque el Señor Presidente es un hombre honorable.
Pero yo, como mujer, como creadora y como costarricense, tengo el derecho y el deber histórico, de desconfiar de un documento político.
Mis abuelos me enseñaron, que era importante esperar a que se aclararan los nublados del día y aunque el Señor Presidente es un hombre muy honorable, su artículo, no con lo que dice, sino una vez más, con lo que omite (y recordemos que la Iglesia Católica es muy clara: hay pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión, todos igualmente censurables) ha nublado más un panorama ya tormentoso de por sí. Yo no soy política, sólo soy una mujer dedicada a la cultura. El Señor Presidente sí lo es. Y es un hombre muy honorable.
Por eso, sólo espero que el tiempo, la vida y las acciones del Señor Presidente, me demuestren que estoy equivocada, que aunque el poeta Isaac Felipe Azofeifa nos asegura que “nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer”, yo, como creadora, como mujer y como costarricense, tengo el derecho y el deber de seguir siendo de la creencia campesina de que nunca se pone más oscuro que cuando va a venirse un aguacero de ésos que arrasan con animales, casas, democracia, paz, libertad, cultura y vidas humanas.
A William Shakespeare.
Compatriotas:
Escribo convocada como creadora por el Señor Presidente de la República en su artículo “Nueva hora para la cultura”, dedicado a la definición de las políticas culturales y educativas que implementará su gobierno, en el que se nos ofrece, por escrito, en el diario de mayor circulación del país, que se nos dará presupuesto, espacios, concursos, acceso a la tecnología y más importante aún, “el lugar central en la vida del país y en las grandes decisiones nacionales”.
Y el Señor Presidente es un hombre honorable.
En el artículo se omite toda referencia al CENAC, al traslado de la Casa Presidencial, a cuándo y cómo se implementarán todos estos ofrecimientos, tal vez porque eso no pertenece a un documento de políticas culturales y educativas, sino a un documento que es una estrategia política.
Pero el Señor Presidente es un hombre honorable.
Ante esto, sería sin duda un error histórico, que el sector cultura insistiera en temas de poca importancia, como lo pueden ser una sede o unas oficinas administrativas o algunos espacios de creación y experimentación artística.
Porque el Señor Presidente es un hombre honorable.
Pero yo, como mujer, como creadora y como costarricense, tengo el derecho y el deber histórico, de desconfiar de un documento político.
Mis abuelos me enseñaron, que era importante esperar a que se aclararan los nublados del día y aunque el Señor Presidente es un hombre muy honorable, su artículo, no con lo que dice, sino una vez más, con lo que omite (y recordemos que la Iglesia Católica es muy clara: hay pecados de pensamiento, palabra, obra y omisión, todos igualmente censurables) ha nublado más un panorama ya tormentoso de por sí. Yo no soy política, sólo soy una mujer dedicada a la cultura. El Señor Presidente sí lo es. Y es un hombre muy honorable.
Por eso, sólo espero que el tiempo, la vida y las acciones del Señor Presidente, me demuestren que estoy equivocada, que aunque el poeta Isaac Felipe Azofeifa nos asegura que “nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer”, yo, como creadora, como mujer y como costarricense, tengo el derecho y el deber de seguir siendo de la creencia campesina de que nunca se pone más oscuro que cuando va a venirse un aguacero de ésos que arrasan con animales, casas, democracia, paz, libertad, cultura y vidas humanas.
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