El CENAC es universal
Juan Carlos Antillón Sargent
La humanidad y los hombres y mujeres avanzamos realmente cuando logramos alcanzar anhelos trascendentes. Hay asuntos que tienen importancia relativa en el corto plazo y no forman parte de la historia de los pueblos. Caprichos, ocurrencias y mezquindades no son parte ni siquiera del momento son simples berrinches, son vanidades... son banalidades. LA CULTURA DE NUESTRO PUEBLO es algo que le pertenece al SER costarricense de hoy y del mañana y es nuestra primera obligación con el legado de nuestros antepasados. Una casa de la cultura es más que una casa presidencial aunque una casa presidencial puede llegar a representar un elemento cultural importante, como es el caso de la Casa Blanca, en USA, La Casa Amarilla en Costa Rica y otros hitos arquitectónicos que forman parte de la historia de un país, que dicho sea de paso en Costa Rica hemos visto tumbar a lo largo del camino sin siquiera inmutarnos. El poder ejecutivo nunca supo cuidar su antigua y vieja casa presidencial, cálida y de madera, que albergó por mucho tiempo la historia del quehacer de muchos de nuestros presidentes. El CENAC tiene ahora una historia costarricense universal que debe estar abierta al mundo, hoy y siempre. Tiene acumulada una gran inversión económica que le ha costado mucho al pueblo costarricense, el que se privó de muchas cosas para lograr lo que hoy ha construido. No puede cerrarse en nombre de una ocurrencia. Si se prioriza un Centro Cívico, debe analizarse el conjunto de grandes opciones que existen en la zona para levantar una casa presidencial y determinar que tipo de construcción debe erigirse; una moderna o la réplica de una pasada con las comodidades que la época impone y con proyección hacia el futuro. Lo que sí parece estar muy claro es que esa construcción no es una prioridad. Existen en el país muchos otros asuntos que requieren la atención del mandatario y la sociedad. Llegará el momento en que se construya una casa adecuada a las necesidades del presidente; pero ese esfuerzo no seria orgullo de ninguna generación de costarricenses que esté comprometida con la justicia social para tener niños y niñas educadas y con oportunidades para todos y todas y viejos mejor reconocidos por el trabajo que dieron para esta patria. Dios ilumine a quienes deben tomar decisiones para que sepan distinguir entre prioridades y ocurrencias. De todas maneras estaremos todos presentes en vigilia permanente para defender lo que pertenece al futuro de nuestra patria.
La humanidad y los hombres y mujeres avanzamos realmente cuando logramos alcanzar anhelos trascendentes. Hay asuntos que tienen importancia relativa en el corto plazo y no forman parte de la historia de los pueblos. Caprichos, ocurrencias y mezquindades no son parte ni siquiera del momento son simples berrinches, son vanidades... son banalidades. LA CULTURA DE NUESTRO PUEBLO es algo que le pertenece al SER costarricense de hoy y del mañana y es nuestra primera obligación con el legado de nuestros antepasados. Una casa de la cultura es más que una casa presidencial aunque una casa presidencial puede llegar a representar un elemento cultural importante, como es el caso de la Casa Blanca, en USA, La Casa Amarilla en Costa Rica y otros hitos arquitectónicos que forman parte de la historia de un país, que dicho sea de paso en Costa Rica hemos visto tumbar a lo largo del camino sin siquiera inmutarnos. El poder ejecutivo nunca supo cuidar su antigua y vieja casa presidencial, cálida y de madera, que albergó por mucho tiempo la historia del quehacer de muchos de nuestros presidentes. El CENAC tiene ahora una historia costarricense universal que debe estar abierta al mundo, hoy y siempre. Tiene acumulada una gran inversión económica que le ha costado mucho al pueblo costarricense, el que se privó de muchas cosas para lograr lo que hoy ha construido. No puede cerrarse en nombre de una ocurrencia. Si se prioriza un Centro Cívico, debe analizarse el conjunto de grandes opciones que existen en la zona para levantar una casa presidencial y determinar que tipo de construcción debe erigirse; una moderna o la réplica de una pasada con las comodidades que la época impone y con proyección hacia el futuro. Lo que sí parece estar muy claro es que esa construcción no es una prioridad. Existen en el país muchos otros asuntos que requieren la atención del mandatario y la sociedad. Llegará el momento en que se construya una casa adecuada a las necesidades del presidente; pero ese esfuerzo no seria orgullo de ninguna generación de costarricenses que esté comprometida con la justicia social para tener niños y niñas educadas y con oportunidades para todos y todas y viejos mejor reconocidos por el trabajo que dieron para esta patria. Dios ilumine a quienes deben tomar decisiones para que sepan distinguir entre prioridades y ocurrencias. De todas maneras estaremos todos presentes en vigilia permanente para defender lo que pertenece al futuro de nuestra patria.
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