Entrevista con Ministra de Cultura de REDCULTURA
María Elena Carballo: "Yo no llegué acá a destruir nada”
La nueva inquilina del CENAC nos cuenta en entrevista sobre su vida, su trayectoria, su misión como Ministra y por supuesto, del polémico tema del posible traspaso de la Casa Presidencial al
principal centro cultural del país.
Natalia Rodríguez
Rodrígueznrodriguez@redcultura.com
Tomado de Redcultura: www.redcultura.com
Cuando Oscar Arias anunció el nombre de la Ministra de Cultura, Juventud y Deportes, el sector y la prensa se llevaron una sorpresa. Pocos sabían quién era, unos cuantos sabían que era profesora del INCAE, otros que filóloga, y algunos ni eso.
María Elena Carballo Castegnaro era el nombre de esa mujer a quien Oscar Arias designó como encargada del Ministerio con menos presupuesto pero con más sueños. Bajo su tutela estarían dos viceministerios, cuatro programas principales, doce órganos desconcentrados (conocidos como adscritas), y a su vez, programas de esos doce órganos.
El reto no era sencillo, máxime porque desde antes de empezar su gestión ya tenía crisis. El asunto del posible traslado de la Casa Presidencial al Centro Nacional de la Cultura, sede del Ministerio, recién había explotado y el sector cultura esperaba una cita urgente con la persona designada como representante.
Se nombró una comisión que estudió el tema, la cual no ha dado un documento final al menos para la prensa; empezaron actos pacíficos de protesta, investigaciones en medios, y finalmente, la Ministra se reunió hace un par de días con la comisión representante del sector cultura. (Ver nota aparte).
A pesar de las críticas, ella ha hecho frente a la situación a su manera. Habla del asunto abiertamente, aunque sus respuestas no satisfagan del todo a los que quisieran que el CENAC no fuera si quiera “una opción”, como ella misma lo afirma. Para algunos, peca de “bien pensada”, para otros, simplemente es prudente.
Con ella conversamos en dos citas, “rapiditas porque no le gustan las reuniones muy largas”, como dice su secretaria. Se nota simpática y cariñosa, muy abierta al diálogo. Apasionada, culta y con ganas de trabajar.
Sobre su vida personal, su trayectoria, sus planes como Ministra, y por supuesto, del CENAC, conversamos en hora y media; aquí el detalle.
La mujer detrás de la Ministra
Doña María Elena, usted es una figura poco conocida, para muchos su nombre fue una sorpresa cuando don Oscar la designó como Ministra de Cultura. Nos gustaría nos contara un poco sobre usted.
Bueno, yo vengo de una familia de clase media, mi padre fue funcionario público, Presidente Ejecutivo del AyA. Mi madre viene de una familia de artistas, de músicos, mi abuelo fue cellista, mi bisabuelo pianista, y mi hermana directora de coros.
Estudié en escuela pública, el colegio lo hice en el Saint Clare, con monjas franciscanas de avanzada, con las que siempre se pudo discutir de todo.
Después pasé a la Universidad de Costa Rica, estudié literatura, y ahí conocí muchos movimientos políticos y aprendí a respetar el pasado histórico. No había terminado la U cuando me casé con el que hoy día es mi esposo. Estábamos muy jóvenes, él tenía 20 años y yo 21. Ambos trabajábamos en Radio Universidad y ahí pudimos relacionarnos con gente muy interesante como Carlos Martínez Rivas y Sergio Ramírez.
A los dos años de casados, estando yo embarazada de mi primer hijo, mi esposo decidió estudiar Medicina (ya había estudiado filosofía). Entonces mientras él sacó su carrera yo sostuve la casa y cuidé a mi bebé. Trabajaba como investigadora en el Ministerio de Cultura, y luego como Subdirectora de Artes y Letras.
Luego fui profesora de Generales en la UNA, y cuando mi esposo terminó la carrera nos fuimos los dos para Estados Unidos, él a sacar sus especialidades y yo con una beca Fullbright.
Seis años y medio después del nacimiento de mi primer hijo Esteban, nació Cristina, mi hija. Ellos dos son un gran apoyo para mí, ambos viven en Estados Unidos. Los llamo para consultarles todo, ¡es una suerte tener Skype!
Luego de vivir en Estados Unidos volvimos a Costa Rica. Durante la primera administración de Arias trabajé como Directora del Colegio de Costa Rica, y luego entré a trabajar al INCAE. Fui además Directora de Artes y Letras.
¿Y en qué consistió su trabajo en esa institución?
En el INCAE dí cursos pensados para enriquecer el acervo cultural de los estudiantes. Por ejemplo, “Liderato y Literatura”, que es un curso que estudia el papel de líderes en la literatura a través de la historia, personajes en novelas de Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz, Gabriel García Márquez. Es uno de los cursos mejor evaluados del INCAE. También di un curso que se llamaba “Valores y asuntos sociales a través de la ficción”, en el que estudiábamos temas morales y sociales a través de la literatura y el cine.
Al INCAE le debo m compresión de la región centroamericana, aprendí que no podemos funcionar si no nos unimos como región.
El Ministerio
¿Cuál es su concepción sobre lo que debe ser un Ministerio de Cultura?
El Ministerio de Cultura debe ser una plataforma que convoque muchos grupos diversos a elaborar sus identidades como identidades que son diversas pero a la vez armónicas. No es solo diversidad en términos de descentralización, sino también en cuanto a la cultura de tolerancia en términos de multidisciplinariedad, tal y como sucede en el país.
Las artes juegan un papel importante en esto, pero no son lo único. Ahora bien, hay una gran cantidad de políticas que se deben crear para cuidar toda esa diversidad y eso es una parte de lo que nos toca hacer.
¿Cómo han sido sus primeros días en el Ministerio?
Difíciles, complicados.Yo no estaba pensando en el Ministerio de antemano, a diferencia de muchos de los otros Ministros. A pesar de haber sido siempre una persona interesada en los asuntos culturales, es muy distinto venir a enfrentarse con la estructura de un Ministerio, con 24 adscritas, cuatro programas centrales, etc., muchos de los cuales apenas estoy conociendo.
Pero también han sido muy interesantes por todo eso que he ido conociendo. Por ejemplo, me gustó mucho La 240, con un público tan joven, variado, y que incluso pudo participar votando por su corto preferido. Me parece genial el trabajo del Taller Nacional de Danza y del Taller Nacional de Teatro, los cuales necesitan potenciarse más allá, a pesar de que ya hacen un gran papel de proyección. Han logrado que el nivel de la danza en este país sea tan elevado, al punto que una compañía francesa viene al país y puede perfectamente montar un espectáculo en cuatro días, como pasó con la compañía de hip hop que vino hace poco.
He conocido mucha gente con proyectos muy interesantes. Por ejemplo, vino una gente de la Municipalidad de Heredia que quiere hacer un concurso de Swing Criollo, y se me ocurrió que el trabajo que se puede hacer el mismo trabajo que se hizo con el boyeo para declararlo Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, por la riqueza del fenómeno, que se extendió por todo el país y que incluso trascendió a las artes, con el espectáculo de la Compañía Nacional de Danza “Nadie me quita lo bailado”, y con el documental “Se prohíbe bailar suin”, de Gabriela Hernández.
¿A qué proyectos de la anterior administración le quiere usted dar continuidad? Muchos de los funcionarios del gobierno anterior continuaron en sus puestos.
Hemos querido darle continuidad a las cosas buenas que se venían haciendo anteriormente, y por eso hemos querido dejar a mucha gente, a pesar de las presiones que he tenido para meter a alguna gente, presiones normales que siempre sufren todos los Ministros. Sólo cambié la dirección del Museo de Arte Costarricense (Gabriela Sáenz), de la Compañía Nacional de Teatro (Fernando Vinocour), del Centro de Cine (Mercedes Ramírez), y de Bibliotecas (Margarita Rojas).
¿Tiene una agenda de trabajo previamente establecida o apenas se está estableciendo?
Mi agenda está constantemente en proceso. Ese es mi estilo.
Pero imagino que tiene algunas líneas generales…
Pues sí, hay algunas líneas generales, como implementar artes nuevas, cyberartes, uso de Internet como herramienta al servicio del arte, o trabajar en conjunto con los Ministerios de Educación y Turismo en algunos proyectos. Por supuesto, quiero darle continuidad proyectos como la Orquesta Sinfónica Nacional y Juvenil, la Compañía Nacional de Danza. el Museo de Arte Costarricense y los de Patrimonio, entre otros.
Cuando usted habla de continuar proyectos, de conservar lo bueno que se ha hecho, es inevitable pensar en el asunto del CENAC, porque sin duda representa lo más grande que se ha hecho para el sector, al menos materialmente, y ahora se habla de pasar la Casa Presidencial. ¿Cómo se explica eso?
Yo no llegue acá para destruir nada. He escuchado rumores de que se quiere cerrar el Ministerio, y no sé yo de dónde se sacó eso. Yo vine acá para fortalecer la cultura, no para lo contrario.
No existe ningún plan real ni ningún proyecto, lo único que dijeron don Oscar Arias y su hermano fue que este lugar les gustaba para Casa Presidencial, jamás dijeron que esta era la única idea que tenían.
Yo entiendo la reacción del sector; cuando la gente viene sintiendo pérdida tras pérdida es lógico que se sienta cada vez peor, y el marco mental en el que se interpreta todo es ese, el de atacados. Sin embargo, se les olvida que hace 20 años en el primer gobierno de Oscar Arias, la cultura floreció y pasaron muchas cosas positivas y hermosas. Hay mucha gente joven que no se acuerda de eso y que siente una amenaza.
Pero, ¿cómo explicar entonces todo eso que usted considera rumores, si todavía hace unos días don Rodrigo Arias confirmó el interés de trasladarse al CENAC?
Vea, yo le voy a contar la historia como pasó. Don Oscar dice en una declaración casual que le gustaría la Casa Presidencial como CENAC, yo lo llamo y me dice: “no, si eso es una idea entre otras, por qué le das tanta importancia”. Yo le digo: “pues porque tendría importancia para el sector”. El me dice: “no, no, eso es una idea entre otras”. ¡Oscar no está pensando en eso en este momento!
Entonces bueno, yo saqué mi artículo en La Nación, luego don Rodrigo vuelve a decir lo mismo, y claro, porque efectivamente es una idea que anda pero no hay ningún proyecto, apenas se está empezando a trabajar.
No se trata de cambiar el CENAC por cualquier otra cosa sino en pensar cómo debería ser un Centro Cívico, para lo que nos está ayudando el arquitecto Fernando Zumbado. Ese es el asunto de fondo.
Yo hice una carta los empleados explicándoles todo eso. La idea de que el gobierno y yo somos enemigos de la cultura, creo que proviene más del prejuicio que de la desinformación, porque yo he dicho reiteradamente que es una idea.
Ahora bien, sigue siendo una idea, ¿se va a dejar de considerar pasar el CENAC? No, pero por supuesto que en términos de que la cultura no pierda. Si a mí me proponen una negociación donde ganemos, donde se presente un escenario donde a mi me diga: le volvemos a dar el 1%, más, reponemos todos los espacios en un solo lugar, a distancia de un bus para todo el mundo, con parqueo, donde el MADC tenga un mejor lugar para el acopio, donde la danza no pierda absolutamente nada, donde tengamos un auditorio, pues yo ahí lo consideraría. Cedemos el CENAC sólo si nos proponen algo mejor.
Pero es bien sabido por todos que en este momento hay muy poco presupuesto, por no decir que no lo hay …
Sí, pero bueno, la Aduana la íbamos a hacer con un préstamo de 20 millones de dólares del BID. Yo no soy arquitecta ni urbanista, estoy inventando, pero se me ocurre que tal vez podemos pedir un préstamo menor que no implique hacer una excavación tan complicada en un espacio menos complicado, o un espacio alternativo en la ciudad, también puede ser detrás del MUFES, no sé. Alternativas hay, lo que debe haber en conjunto es la voluntad política y el trabajo serio de gente experta en el asunto.
Yo quiero que quede claro que si la cultura cede el CENAC jamás será para perder. Eso sí, estamos abiertos a alternativas. Oscar Arias de ninguna manera está en contra de la cultura. Yo consideraré las opciones y escogeremos la mejor.
Yo no puedo hablar en nombre de la Comisión. Estuvieron y conocieron un plan. Ellos están considerando diferentes escenarios, algunos han dicho públicamente su posición.
Pareciera entonces que el Gobierno tampoco se ha preocupado por manejar mejor el tema de la información sobre el asunto, porque se escuchan muchas voces en contra pero nadie aclara. Además, los representantes del sector cultura trataron de reunirse con usted pero les dieron cita hasta para un mes y medio después de que la solicitaron, tiempo que ellos consideran demasiado.
Yo he dado entrevistas a muchos medios, he explicado el asunto así como se los estoy explicando a ustedes, poco a poco, y quiero atender al sector por supuesto (esta entrevista se realizó antes de la primera reunión de la Ministra con los representantes). Pero también hay muchas otras cosas que hacer acá urgentemente, como buscar que se apruebe en la Asamblea Legislativa el Estatuto del Artista, citas con Fernando Zumbado para solicitarle ayuda con lo del CENAC, cuestiones protocolarias propias de mi cargo de las que no me puedo escapar y que no se pueden postergar. Yo a nadie le digo que no, pero voy poquito a poco. Pregúntele a mi secretaria, mi agenda está llena.
Además, tengo compromisos adquiridos anteriormente. He desarrollado un seminario en INCAE para mujeres en el sector del café, me certificaron como moderadora del Instituto Aspen, el círculo de la elite intelectual en los Estados Unidos, y a todas esas cosas no puedo decirles que no porque me permite estar en contacto con un sector cultural que puede tener recursos que nos pueden servir en algún momento.
La nueva inquilina del CENAC nos cuenta en entrevista sobre su vida, su trayectoria, su misión como Ministra y por supuesto, del polémico tema del posible traspaso de la Casa Presidencial al
principal centro cultural del país.
Natalia Rodríguez
Rodrígueznrodriguez@redcultura.com
Tomado de Redcultura: www.redcultura.com
Cuando Oscar Arias anunció el nombre de la Ministra de Cultura, Juventud y Deportes, el sector y la prensa se llevaron una sorpresa. Pocos sabían quién era, unos cuantos sabían que era profesora del INCAE, otros que filóloga, y algunos ni eso.
María Elena Carballo Castegnaro era el nombre de esa mujer a quien Oscar Arias designó como encargada del Ministerio con menos presupuesto pero con más sueños. Bajo su tutela estarían dos viceministerios, cuatro programas principales, doce órganos desconcentrados (conocidos como adscritas), y a su vez, programas de esos doce órganos.
El reto no era sencillo, máxime porque desde antes de empezar su gestión ya tenía crisis. El asunto del posible traslado de la Casa Presidencial al Centro Nacional de la Cultura, sede del Ministerio, recién había explotado y el sector cultura esperaba una cita urgente con la persona designada como representante.
Se nombró una comisión que estudió el tema, la cual no ha dado un documento final al menos para la prensa; empezaron actos pacíficos de protesta, investigaciones en medios, y finalmente, la Ministra se reunió hace un par de días con la comisión representante del sector cultura. (Ver nota aparte).
A pesar de las críticas, ella ha hecho frente a la situación a su manera. Habla del asunto abiertamente, aunque sus respuestas no satisfagan del todo a los que quisieran que el CENAC no fuera si quiera “una opción”, como ella misma lo afirma. Para algunos, peca de “bien pensada”, para otros, simplemente es prudente.
Con ella conversamos en dos citas, “rapiditas porque no le gustan las reuniones muy largas”, como dice su secretaria. Se nota simpática y cariñosa, muy abierta al diálogo. Apasionada, culta y con ganas de trabajar.
Sobre su vida personal, su trayectoria, sus planes como Ministra, y por supuesto, del CENAC, conversamos en hora y media; aquí el detalle.
La mujer detrás de la Ministra
Doña María Elena, usted es una figura poco conocida, para muchos su nombre fue una sorpresa cuando don Oscar la designó como Ministra de Cultura. Nos gustaría nos contara un poco sobre usted.
Bueno, yo vengo de una familia de clase media, mi padre fue funcionario público, Presidente Ejecutivo del AyA. Mi madre viene de una familia de artistas, de músicos, mi abuelo fue cellista, mi bisabuelo pianista, y mi hermana directora de coros.
Estudié en escuela pública, el colegio lo hice en el Saint Clare, con monjas franciscanas de avanzada, con las que siempre se pudo discutir de todo.
Después pasé a la Universidad de Costa Rica, estudié literatura, y ahí conocí muchos movimientos políticos y aprendí a respetar el pasado histórico. No había terminado la U cuando me casé con el que hoy día es mi esposo. Estábamos muy jóvenes, él tenía 20 años y yo 21. Ambos trabajábamos en Radio Universidad y ahí pudimos relacionarnos con gente muy interesante como Carlos Martínez Rivas y Sergio Ramírez.
A los dos años de casados, estando yo embarazada de mi primer hijo, mi esposo decidió estudiar Medicina (ya había estudiado filosofía). Entonces mientras él sacó su carrera yo sostuve la casa y cuidé a mi bebé. Trabajaba como investigadora en el Ministerio de Cultura, y luego como Subdirectora de Artes y Letras.
Luego fui profesora de Generales en la UNA, y cuando mi esposo terminó la carrera nos fuimos los dos para Estados Unidos, él a sacar sus especialidades y yo con una beca Fullbright.
Seis años y medio después del nacimiento de mi primer hijo Esteban, nació Cristina, mi hija. Ellos dos son un gran apoyo para mí, ambos viven en Estados Unidos. Los llamo para consultarles todo, ¡es una suerte tener Skype!
Luego de vivir en Estados Unidos volvimos a Costa Rica. Durante la primera administración de Arias trabajé como Directora del Colegio de Costa Rica, y luego entré a trabajar al INCAE. Fui además Directora de Artes y Letras.
¿Y en qué consistió su trabajo en esa institución?
En el INCAE dí cursos pensados para enriquecer el acervo cultural de los estudiantes. Por ejemplo, “Liderato y Literatura”, que es un curso que estudia el papel de líderes en la literatura a través de la historia, personajes en novelas de Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz, Gabriel García Márquez. Es uno de los cursos mejor evaluados del INCAE. También di un curso que se llamaba “Valores y asuntos sociales a través de la ficción”, en el que estudiábamos temas morales y sociales a través de la literatura y el cine.
Al INCAE le debo m compresión de la región centroamericana, aprendí que no podemos funcionar si no nos unimos como región.
El Ministerio
¿Cuál es su concepción sobre lo que debe ser un Ministerio de Cultura?
El Ministerio de Cultura debe ser una plataforma que convoque muchos grupos diversos a elaborar sus identidades como identidades que son diversas pero a la vez armónicas. No es solo diversidad en términos de descentralización, sino también en cuanto a la cultura de tolerancia en términos de multidisciplinariedad, tal y como sucede en el país.
Las artes juegan un papel importante en esto, pero no son lo único. Ahora bien, hay una gran cantidad de políticas que se deben crear para cuidar toda esa diversidad y eso es una parte de lo que nos toca hacer.
¿Cómo han sido sus primeros días en el Ministerio?
Difíciles, complicados.Yo no estaba pensando en el Ministerio de antemano, a diferencia de muchos de los otros Ministros. A pesar de haber sido siempre una persona interesada en los asuntos culturales, es muy distinto venir a enfrentarse con la estructura de un Ministerio, con 24 adscritas, cuatro programas centrales, etc., muchos de los cuales apenas estoy conociendo.
Pero también han sido muy interesantes por todo eso que he ido conociendo. Por ejemplo, me gustó mucho La 240, con un público tan joven, variado, y que incluso pudo participar votando por su corto preferido. Me parece genial el trabajo del Taller Nacional de Danza y del Taller Nacional de Teatro, los cuales necesitan potenciarse más allá, a pesar de que ya hacen un gran papel de proyección. Han logrado que el nivel de la danza en este país sea tan elevado, al punto que una compañía francesa viene al país y puede perfectamente montar un espectáculo en cuatro días, como pasó con la compañía de hip hop que vino hace poco.
He conocido mucha gente con proyectos muy interesantes. Por ejemplo, vino una gente de la Municipalidad de Heredia que quiere hacer un concurso de Swing Criollo, y se me ocurrió que el trabajo que se puede hacer el mismo trabajo que se hizo con el boyeo para declararlo Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, por la riqueza del fenómeno, que se extendió por todo el país y que incluso trascendió a las artes, con el espectáculo de la Compañía Nacional de Danza “Nadie me quita lo bailado”, y con el documental “Se prohíbe bailar suin”, de Gabriela Hernández.
¿A qué proyectos de la anterior administración le quiere usted dar continuidad? Muchos de los funcionarios del gobierno anterior continuaron en sus puestos.
Hemos querido darle continuidad a las cosas buenas que se venían haciendo anteriormente, y por eso hemos querido dejar a mucha gente, a pesar de las presiones que he tenido para meter a alguna gente, presiones normales que siempre sufren todos los Ministros. Sólo cambié la dirección del Museo de Arte Costarricense (Gabriela Sáenz), de la Compañía Nacional de Teatro (Fernando Vinocour), del Centro de Cine (Mercedes Ramírez), y de Bibliotecas (Margarita Rojas).
¿Tiene una agenda de trabajo previamente establecida o apenas se está estableciendo?
Mi agenda está constantemente en proceso. Ese es mi estilo.
Pero imagino que tiene algunas líneas generales…
Pues sí, hay algunas líneas generales, como implementar artes nuevas, cyberartes, uso de Internet como herramienta al servicio del arte, o trabajar en conjunto con los Ministerios de Educación y Turismo en algunos proyectos. Por supuesto, quiero darle continuidad proyectos como la Orquesta Sinfónica Nacional y Juvenil, la Compañía Nacional de Danza. el Museo de Arte Costarricense y los de Patrimonio, entre otros.
Cuando usted habla de continuar proyectos, de conservar lo bueno que se ha hecho, es inevitable pensar en el asunto del CENAC, porque sin duda representa lo más grande que se ha hecho para el sector, al menos materialmente, y ahora se habla de pasar la Casa Presidencial. ¿Cómo se explica eso?
Yo no llegue acá para destruir nada. He escuchado rumores de que se quiere cerrar el Ministerio, y no sé yo de dónde se sacó eso. Yo vine acá para fortalecer la cultura, no para lo contrario.
No existe ningún plan real ni ningún proyecto, lo único que dijeron don Oscar Arias y su hermano fue que este lugar les gustaba para Casa Presidencial, jamás dijeron que esta era la única idea que tenían.
Yo entiendo la reacción del sector; cuando la gente viene sintiendo pérdida tras pérdida es lógico que se sienta cada vez peor, y el marco mental en el que se interpreta todo es ese, el de atacados. Sin embargo, se les olvida que hace 20 años en el primer gobierno de Oscar Arias, la cultura floreció y pasaron muchas cosas positivas y hermosas. Hay mucha gente joven que no se acuerda de eso y que siente una amenaza.
Pero, ¿cómo explicar entonces todo eso que usted considera rumores, si todavía hace unos días don Rodrigo Arias confirmó el interés de trasladarse al CENAC?
Vea, yo le voy a contar la historia como pasó. Don Oscar dice en una declaración casual que le gustaría la Casa Presidencial como CENAC, yo lo llamo y me dice: “no, si eso es una idea entre otras, por qué le das tanta importancia”. Yo le digo: “pues porque tendría importancia para el sector”. El me dice: “no, no, eso es una idea entre otras”. ¡Oscar no está pensando en eso en este momento!
Entonces bueno, yo saqué mi artículo en La Nación, luego don Rodrigo vuelve a decir lo mismo, y claro, porque efectivamente es una idea que anda pero no hay ningún proyecto, apenas se está empezando a trabajar.
No se trata de cambiar el CENAC por cualquier otra cosa sino en pensar cómo debería ser un Centro Cívico, para lo que nos está ayudando el arquitecto Fernando Zumbado. Ese es el asunto de fondo.
Yo hice una carta los empleados explicándoles todo eso. La idea de que el gobierno y yo somos enemigos de la cultura, creo que proviene más del prejuicio que de la desinformación, porque yo he dicho reiteradamente que es una idea.
Ahora bien, sigue siendo una idea, ¿se va a dejar de considerar pasar el CENAC? No, pero por supuesto que en términos de que la cultura no pierda. Si a mí me proponen una negociación donde ganemos, donde se presente un escenario donde a mi me diga: le volvemos a dar el 1%, más, reponemos todos los espacios en un solo lugar, a distancia de un bus para todo el mundo, con parqueo, donde el MADC tenga un mejor lugar para el acopio, donde la danza no pierda absolutamente nada, donde tengamos un auditorio, pues yo ahí lo consideraría. Cedemos el CENAC sólo si nos proponen algo mejor.
Pero es bien sabido por todos que en este momento hay muy poco presupuesto, por no decir que no lo hay …
Sí, pero bueno, la Aduana la íbamos a hacer con un préstamo de 20 millones de dólares del BID. Yo no soy arquitecta ni urbanista, estoy inventando, pero se me ocurre que tal vez podemos pedir un préstamo menor que no implique hacer una excavación tan complicada en un espacio menos complicado, o un espacio alternativo en la ciudad, también puede ser detrás del MUFES, no sé. Alternativas hay, lo que debe haber en conjunto es la voluntad política y el trabajo serio de gente experta en el asunto.
Yo quiero que quede claro que si la cultura cede el CENAC jamás será para perder. Eso sí, estamos abiertos a alternativas. Oscar Arias de ninguna manera está en contra de la cultura. Yo consideraré las opciones y escogeremos la mejor.
Yo no puedo hablar en nombre de la Comisión. Estuvieron y conocieron un plan. Ellos están considerando diferentes escenarios, algunos han dicho públicamente su posición.
Pareciera entonces que el Gobierno tampoco se ha preocupado por manejar mejor el tema de la información sobre el asunto, porque se escuchan muchas voces en contra pero nadie aclara. Además, los representantes del sector cultura trataron de reunirse con usted pero les dieron cita hasta para un mes y medio después de que la solicitaron, tiempo que ellos consideran demasiado.
Yo he dado entrevistas a muchos medios, he explicado el asunto así como se los estoy explicando a ustedes, poco a poco, y quiero atender al sector por supuesto (esta entrevista se realizó antes de la primera reunión de la Ministra con los representantes). Pero también hay muchas otras cosas que hacer acá urgentemente, como buscar que se apruebe en la Asamblea Legislativa el Estatuto del Artista, citas con Fernando Zumbado para solicitarle ayuda con lo del CENAC, cuestiones protocolarias propias de mi cargo de las que no me puedo escapar y que no se pueden postergar. Yo a nadie le digo que no, pero voy poquito a poco. Pregúntele a mi secretaria, mi agenda está llena.
Además, tengo compromisos adquiridos anteriormente. He desarrollado un seminario en INCAE para mujeres en el sector del café, me certificaron como moderadora del Instituto Aspen, el círculo de la elite intelectual en los Estados Unidos, y a todas esas cosas no puedo decirles que no porque me permite estar en contacto con un sector cultural que puede tener recursos que nos pueden servir en algún momento.
1 Comments:
En estos momentos siento que el patrimonio arquitectónico que hemos heredado de nuestros abuelos es como un queque y que los políticos creyeron estar en una fiesta de cumpleaños, todo se lo reparten. Don Oscar el CENAC, don Johnny Araya el edificio de Correos, y quien sabe que más que aún no sabemos.
By El Orfebre Segismundo, at 9:47 PM
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